
Wyatt canta aquí con esa voz suave y aguda que lo acerca a la vocalización jazzística, expresando casi como un lamento la frase "Por fin soy libre". "At Last I Am Free", escrita por Bernard Edwards y Nile Rodgers para Chic, es un tema procedente de la música disco, reelaborado por Wyatt como una especie de tesis que lo lleva a abrazar los nuevos movimientos musicales no es casualidad que esta pista apareciera un par de años antes en la compilación Wanna Buy a Bridge? de la disquera Rough Trade, que estaba representando a lo más importante de la escena post-punk británica del momento (Stiff Little Fingers, The Pop Group, Cabaret Voltaire, Young Marble Giants y Scritti Politti, entre otros). Dice el autor de la entrevista citada que "tal vez el álbum se pueda describir mejor como una primera edición de la visión del mundo de Wyatt, expresada con total despreocupación con respecto al ego y a la moda es más una fascinación por la política mundial y por cierto tipo de música universalmente poderosa que solo los villamelones clasificarían como folclórica". De orígenes muy diferentes, el factor común es su posición política: el movimiento obrero, las dictaduras militares latinoamericanas, movimientos de protesta y liberación de todas partes, abordados por este genio comprometido. Me asustan todas esas ventanas que se empañan y se transforman en espejos" (más abajo copio la entrevista completa en inglés).Įl resto de los temas es el producto de la labor de Wyatt como observador y editor. Más bien es en contra del desagradable narcisismo cultural que se da cuando se reúnen en una escena personas que piensan de manera similar. La única composición de Wyatt es la primera pista: "Born Again Cretin", en la que parece querer sintetizar el proceso de cambio por el que ha pasado recientemente (aislándose del negocio musical), como lo indica en una entrevista de 1983: "No es un acto de hostilidad de hecho estoy muy agradecido a la escena de la música. Lanzado en 1982, Nothing Can Stop Us incluye diversos sencillos grabados por Wyatt entre fines de los 70 y principios de los 80, cuando su música alcanzaba un estilo jazzístico muy particular y sus ideas se politizaban llevándolo hacia reflexiones sociales que lo pusieron definitivamente del lado de los movimientos contra todo tipo de opresión, proceso que culminó con su afiliación al partido comunista del Reino Unido (cabe decir aquí que el pensamiento progresista inglés es uno de los más consistentes en aquellos años, representado muy especialmente por la New Left Review, que hasta hoy sigue siendo un referente fundamental en la oposición al capitalismo rampante que conocemos con el eufemismo de neoliberalismo).
